La Conferencia Episcopal de Sudáfrica pide que se investigue la matanza de mineros

La Conferencia Episcopal Sudafricana deplora la escalada de violencia en la Provincia del Noroeste. La absurda perdida de vidas humanas, especialmente la que se produce por violencia gratuita, es siempre una tragedia y debe ser condenada de la manera más enérgica. Los actos de los Sindicatos, de LONMIN* y de la Policía en este episodio deben ser investigados. Nos unimos a la petición de una investigación judicial sobre las circunstancias que condujeron a provocar esta tragedia, en la cual se incluyan también las condiciones laborales y de vida de los trabajadores en la exploración de la mina.

Ofrecemos nuestra ayuda para acompañar a las víctimas en el trauma y para colaborar en la cicatrización de las heridas que ha producido en la comunidad y en toda Sudáfrica. No podemos permitir que siga la escalada de violencia y se convierta en algo normal en nuestra sociedad.

Hay mecanismos para resolver de forma pacifica las disputas y conflictos, sean de la naturaleza que sean, por lo que animamos a las distintas partes implicadas en esta trágica situación a que se comprometan a desarrollar las capacidades necesarias para asegurar que este tipo de incidentes no ocurran de nuevo.

Buti Tlhagle, Arzobispo de Johannesburgo y Presidente de la Conferencia Episcopal del Africa Meridional

*LONMIN es la empresa propietaria de la mina

Mons. Kevin Dowling habla del conflicto

Como obispo de Rustenburg, diócesis donde esta la mina de Platino de LONMIN, Kevin ha sido entrevistado en distintos medios. En su opinión, demasiado a menudo los conflictos laborales en Sudáfrica derivan en violencia, lo que "refleja altos niveles de frustración e ira."

"La terrible pobreza y altos niveles de paro que hay en nuestra diócesis son las que causan esta tensión." ha declarado.

Además del comunicado emitido a raíz de la matanza en Marikane, una delegación de la Coferencia Episcopal visitó la mina el 17 de agosto, con el objetivo de "contribuir a la creación de una atmósfera que permita la negociación."

También se ha pronunciado el Consejo Sudafricano de Iglesias, a través de su secretario general el Reverendo Mautji Pataki,que junto con el Obispo Anglicano de Pretoria, Johannes Seoka afirmó haber encontrado a los trabajadores y a los responsables de la mina "deseosos de comprometerse en la solución para que mediante la reducción del nivel de hostilidad se posibilite una relación pacífica y la resolución del conflicto"

Desde distintas organizaciones eclesiales se ha hecho un llamamiento a la policía para que "restrinja el uso de la fuerza al mero mantenimiento del orden y la ley" añadiendo que "solo mediante el dialogo pacífico y positivo en el que estén todas las partes afectadas, puede encontrarse solución a este conflicto"

La portada del diario Sowetan del día 17 de agosto destacaba que en Sudáfrica, tras 18 años desde el fin del Apartheid, "el valor de la vida humana continúa siendo escaso". La población negra "es empujada a pelear unos contra otros para tener una mayor cuota de representación sindical. También está detrás la lucha por el reparto del beneficio dentro del propio pais. En definitiva no es más que la guerra de la pobreza en África, una vez más."

En Sudáfrica están el 80% de las reservas mundiales de platino, mineral que se extrae en la mina donde se produjo la matanza, tras semanas de huelga. El incremento del precio de la energía y de los costes laborales, junto con un decremento del precio del platino, han colocado a muchas minas en el límite de la rentabilidad, según algunos analistas. La otra realidad es que tras los 34 muertos, 78 heridos y 259
detenidos está la reivindicación de superar el sueldo actual de 495 euros al mes, en una de las minas más importantes del mundo. TP