ECLESALIA, 14 de diciembre de 2004

‘LAICISMO, LAICIDADAD, ESTADO LAICO’

Postura compartida en relación con el enfrentamiento obispos-gobierno

CERCA DE UN CENTENAR DE CRISTIANAS Y CRISTIANOS; 06/12/04, día de la constitución española

ÁVILA.

ECLESALIA, 14/12/04.- En Ávila, entre el 4 y el 6 de diciembre pasados, hemos celebrado las “39 Conversaciones de Ávila”, en el que hemos dialogado sobre Laicismo, laicidad, estado laico. Al final del Encuentro nos pareció oportuno manifestar por escrito de manera breve la postura compartida en relación con el enfrentamiento obispos-gobierno. Las “Conversaciones” se iniciaron en el año 1965, promovidas por la revista Pastoral Misionera. Desde entonces se han venido celebrando ininterrumpidamente. Desde el año 1996 nos cobija la revista Frontera, que es continuadora actualizada de Pastoral Misionara.

Reunidos en Ávila casi un centenar de cristianas y cristianos procedentes de nueve Comunidades Autónomas*, vinculados a la revista FRONTERA, para conversar sobre la laicidad, el laicismo y el estado laico, entre el 4 y 6 de diciembre, queremos manifestar:

  1. Nuestra conversación nos ha llevado desde el principio a compartir los conceptos más utilizados en el debate actual. Así, consideramos el laicismo como el movimiento histórico, iniciado varios siglos atrás, que busca la emancipación del espacio público respecto a cualquier tutela o imposición religiosa, afirmando a la vez la autonomía de cada persona para optar libremente entre opciones culturales, morales y espirituales diversas. En su sentido más riguroso, el laicismo es inclusivo, es decir, crea un ámbito público abierto a la expresión de cualesquiera formas de pensar y sentir, con el único límite de la paz pública. En consecuencia, laicidad es la característica del Estado laico constituido como organización jurídica y política, al servicio de la totalidad de los ciudadanos, en la que ninguna ideología, cultura o confesión religiosa se impone al conjunto de la ciudadanía, ni limita su desarrollo.
  2. La laicidad de la sociedad española es fruto de un largo proceso histórico, acelerado en las últimas décadas, cuya complejidad no debe ser desconocida a la hora de resolver las nuevas situaciones. Sin ser todos históricamente nuevos, por diversas razones han adquirido relevancia en la opinión pública problemas tales como la aceleración de trámites para la obtención del divorcio; la ampliación de nuevos supuestos en la interrupción del embarazo; el reconocimiento legal del matrimonio de personas homosexuales, incluida la posibilidad de adoptar; la apertura legal de vías de investigación bioética, hasta ahora oficialmente cerradas; el replanteamiento de la ordenación de la enseñanza de la religión en la escuela y la reconsideración de los acuerdos del Estado español y la Santa Sede referidos a la financiación de la Iglesia católica en España.
  3. Frente a la reducción frecuente del debate ético-político entre los Obispos y el Gobierno a temas relacionados con la moral sexual y familiar, hemos proyectado nuestra mirada a otra lista de temas de interés para la ciudadanía, que serán objeto de atención política en estos próximos años y podrían ser tal vez puntos de debate y colaboración entre creyentes y no creyentes, así como entre gobiernos e instituciones religiosas: la guerra preventiva; el diálogo de civilizaciones; la cooperación internacional; la generalización y mejora de la protección social; las políticas contra la violencia de género; las políticas de control de la telebasura, sobre todo en su relación con los menores; las políticas de inmigración, etc.
  4. Ante los temas aludidos, el marco de un Estado laico como el que nos cobija, aun con las deficiencias que otros ciudadanos y nosotros mismos constatamos cada día, es quizá el único adecuado para construir una sociedad plural y democrática de mayor calidad. Los aquí reunidos nos reconocemos ciudadanos y cristianos en este estado y en esta sociedad, junto a otras y otros ciudadanos de diferentes tradiciones religiosas o agnósticas, culturales y sociales. Las dificultades que surjan en este camino seguirán siendo una provocación estimulante para arrimar nuestro esfuerzo al esfuerzo de nuestros conciudadanos.
  5. Pero no basta la buena voluntad ni la generosidad. Los que nos atrevemos a hablar en nombre de nuestra condición de cristianos, tenemos un motivo añadido para exigirnos información y estudio rigurosos de cada uno de los temas enunciados, no sea que, en lugar de revelar a Dios, estemos velando su manifestación a través de los signos de estos tiempos.
  6. Al Gobierno de España y a la Jerarquía de la Iglesia Católica les pedimos que, en el ejercicio de su respectiva autonomía, establezcan un diálogo sincero, acorde con el espíritu de cooperación apuntado en la Constitución.
  7. Tras 26 años de Constitución democrática, y a la vista del acelerado cambio cultural y social registrado en nuestro país, creemos que es tiempo propicio para afrontar la actualización de los Acuerdos entre la Santa Sede y España, así como los del Estado con las restantes confesiones religiosas de notorio arraigo social.

* Asturias, Cantabria, País Vasco, Cataluña, País Valenciano, Murcia, Andalucía, Castilla y León y Madrid. 

Para más información: albarran@mi.madritel.es

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