Erasmo, la difícil tarea de ser cristiano y humanista

Rotterdam, 1469- Basilea, 1536

 

"Humanista, uno de los más grandes académicos del Renacimiento, el primer editor del Nuevo Testamento, y también una importante figura en patrística y literatura clásica.
Utilizando métodos filológicos creados por los humanistas italianos, Erasmo ayudó a poner las bases del estudio histórico-crítico del pasado, especialmente con sus estudios del Nuevo Testamento Griego y los Padres de la Iglesia. Sus escritos de pedagogía contribuyeron a reemplazar el viejo currículo escolástico por el nuevo énfasis humanista en los clásicos. Al criticar los abusos eclesiásticos, al tiempo que apuntaba hacia mejores tiempos en el pasado, animó un creciente anhelo de reforma, que encontró su expresión tanto en la Reforma Protestante como en la Contrarreforma Católica. Finalmente, su posición independiente en una época de feroz controversia confesional -rechazando tanto la doctrina de Lutero de la predestinación como los poderes reivindicados por el papado - le convirtió en blanco de sospechas de los leales partidarios de ambos bandos y en un faro para aquellos que valoraban la libertad por encima de la ortodoxia." (Enciclopedia Britannica)

 

 


Infancia y formación


Segundo hijo ilegítimo de un sacerdote y una mujer de la burguesía holandesa, tras la muerte de sus padre, entró con su hermano en los canónigos de San Agustín, a los dieciséis años de edad. En 1492 fue ordenado sacerdote y casi inmediatamente abandona la vida conventual, que detestaba, para convertirse en secretario del Obispo de Cambrai. Tres años después, su obispo le manda a estudiar teología a la Universidad de París.


En 1499, viaja a Inglaterra donde conoce a Tomás Moro, con quien traba una fuerte amistad que duraría toda la vida. Allí es también donde consigue su primer ejemplar de las cartas de San Pablo en griego. En Inglaterra, Erasmo afianza su vocación de ser un "teólogo primitivo", es decir un teólogo que traiga al presente el espíritu del cristianismo primitivo a través del estudio de la Sagrada Escritura y los Santos Padres, dejando de lado el método escolástico medieval.


El intelectual errante

De vuelta al continente escribe en Lovaina su primer libro Enchiridion militis christiani (Manual del caballero cristiano) donde recomienda la lectura de la Biblia como base de la espiritualidad cristiana. De los Países Bajos viaja a Italia, donde escribe varias obras, entre ellas De pueris instituendis (de la enseñanza infantil), una muestra de la fe que el maestro de Rótterdam tenía en el poder de la educación para cambiar la sociedad. De regreso a Inglaterra, escribe en casa de su amigo Tomás Moro su obra más conocida Moriae Encomium (Elogio de la Locura), una crítica de las costumbres sociales de su tiempo, pero también una visión irónica sobre la condición humana.

Sigue viajando, escribiendo y enseñando en las principales universidades europeas: Bolonia, Cambridge, Lovaina, ... En 1516 publica una edición anotada del Nuevo Testamento griego, es la primera vez que el Nuevo Testamento, en su versión original, es puesto en letras de molde. (La Poliglota Complutense es anterior en su preparación y más perfecta en su forma, pero dificultades administrativas retrasaron su publicación).

Víctima de las divisiones

Desde el momento en que comenzó la reforma de Lutero, los enemigos de Erasmo le acusaron de haberle preparado el terreno. Al principio, el mismo Erasmo no desdeñaba en expresar su admiración por el reformador, así, en una carta dirigida al Papa Leo X califica a Lutero como: "una poderosa trompeta de la verdad evangélica".

Tuvo, sin embargo, una reacción de rechazo cuando vio que la unidad de la Iglesia estaba amenazada. Para Erasmo, la unidad de los cristianos era algo fundamental, aunque rechazaba radicalmente la idea de que pudiera perseguirse a una persona por sus ideas religiosas.

En su obra "Inquisitio de fide" (Investigación sobre la fe -1522) expone que las agrias disputas sobre infalibilidad papal o la predestinación eran diferencias de mera opinión, no dogmas vinculantes para todos los fieles. Por consiguiente, las partes enfrentadas podían mantener sus ideas dentro de una misma Iglesia.

Para Erasmo, la raíz del cisma no era la teología, sino el anticlericalismo y el resentimiento de los laicos hacia leyes y "ceremonias" del clero, y la pretensión de éste de obligar al cumplimiento de estas normas bajo la amenaza de las penas del infierno.

En una carta privada a su compatriota el papa Adriano VI (1522-23), expresa su esperanza de una posible reconciliación con los reformadores protestantes, si se aligeraba la carga de las normas eclesiásticas, por ejemplo, permitiendo la comunión bajo las dos especies a los laicos y el matrimonio a los clérigos: "Al dulce nombre de la libertad todo volverá a renacer", le dice al papa.

Sus años en Basilea (1522-29) estuvieron llenos de polémicas. Irritado por los protestantes, que le llamaban traidor al evangelio, y por los católicos ultraortodoxos, que le habían denunciado repetidamente ante las autoridades, Erasmo también mostró el lado más mezquino de su personalidad en los escritos de este periodo. En 1529, se marcha de la ciudad de Basilea, que se había convertido al protestantismo, a Freiburg im Breisgau, pero regresa a Basilea en 1535 para preparar la edición de una de sus obras. Allí muere en 1536.