Tras los huracanes de Haití,
los obispos denuncian

Los Obispos denuncian la falta de acción tras los huracanes de hace seis meses

KÖNIGSTEIN, martes, 3 marzo 2009 (ZENIT.org).- El presidente de los obispos de Haití afirmó que después de más de seis meses de los desvastadores huracanes que asolaron al país caribeño, miles de personas están todavía sin hogar y criticó al Gobierno acusándolo de no asumir sus propias responsabilidades.

Hablando a la asociación humanitaria católica Ayuda a la Iglesia Necesitada (AIN), el arzobispo Louis Kebreau de Cap-Haitïen, al norte del país, dijo haber constatado en primera persona el dolor de la gente.

"Las personas sufren. Han perdido madres, padres, familias... hay muchos huérfanos", declaró según un comunicado enviado a ZENIT por la asociación.

El prelado afirmó que es necesario prepararse para este año: "El Gobierno no quiere tomar la cosa en serio, la estación de los huracanes llegará en septiembre".

Las estadísticas oficiales hablan de 793 muertos a causa de las tormentas que afectaron a Haití del 15 de agosto al 8 de septiembre de 2008. Los desaparecidos son 310.

Tras la catástrofe, AIN donó más de 41.000 dólares en ayudas de emergencia para hacer frente a las necesidades fundamentales de la población, como alimentos y vestimenta, y prometió ulteriores ayudas para los proyectos de la Iglesia.

"También ahora, tantos meses después, se abandonan muchas casas, las carreteras no han sido reparadas, hay gran miseria y la gente está hambrienta", denunció el arzobispo Kebreau.

La estación de las lluvias destruyó o dañó más de diez mil viviendas que afectaron a 165.337 familias.

El arzobispo afirmó que el Gobierno debe hacerse responsable de la reforestación antes de la llegada de la próxima oleada de tormentas.

La falta de cobertura forestal contribuye a las desvastadoras inundaciones que matan cada año a muchas personas, tras los tifones. Haití tiene hoy menos del 2% de superficie forestal, respecto al 25% que tenía en 1980.

Durante el último encuentro de la Conferencia Episcopal, se lanzó un proyecto para la reforestación de la zona en torno a Les Gonaives, la segunda ciudad de Haití y la más golpeada por las tormentas del año pasado, que mataron a al menos a quinientos habitantes.

Recordando que "cada día la genta va a la iglesia en busca de alimentos, de pan", el prelado denunció también que las sectas han explotado la pobreza provocada por los huracanes para hacer proselitismo entre los habitantes de Haití: "usan la pobreza para manipular a las personas, pueden dar alimentos".

Estos grupos, además, atacan a las enseñanzas cristianas, motivo por el cual el arzobispo exhorta a distinguir entre sectas e "Iglesias históricas" como episcopales o metodistas.

El prelado agradeció a AIN su apoyo, sobre todo a los sacerdotes, aspecto fundamental dada la pobreza de la población haitiana.

"Quiero agradecer a todos los benefactores -concluyó--. Sé que Europa atraviesa dificultades económicas, la crisis, y sin embargo compartís con los otros la riqueza y la alegría que Dios os da".