Defensa de tesis de Álvaro Galmés

NARRATIVAS DOMÉSTICAS.
LA VIDA EN LAS CASAS DEL SIGLO XX

Familiares, amigos, compañeros del doctorando y algún que otro ex-alumno deseoso de ver cómo torturaban a su antiguo profesor, se agolpaban en la mañana del 4 de marzo en el Salón de Grados de la Universidad Europea de Madrid. El acto comenzó con una exposición por parte del autor de algunos aspectos de la tesis defendida, aspectos que para una parte del tribunal, resultaron desmerecer el documento original.

Una vez finalizada la intervención del doctorando, el tribunal analizó el sentido de la tesis que el filosofo Javier Gomá definió así: "Una fenomenología del habitar como una acción ético-existencial, pero en conexión con una construcción arquitectónica que prepara, organiza e instituye esa acción personal que acaba pudiendo ser definida como instalación en el mundo". También se aludió al fin último de esta investigación con las siguientes palabras: “La tesis trata de identificar el alma de las casas y trata de identificar algo que es para mí lo más interesante; y es cómo se incorpora, cómo hace cuerpo, el alma de los hombres en las casas.”

Resaltaron el valor de haberse adentrado en un tema inexplorado, sin prácticamente bibliografía que lo sustentara, de haber sabido combinar elementos tomados de muy diferentes disciplinas para construir el corpus de la investigación y así Gomá dijo: “La tesis no presenta en realidad una hipótesis que deba ser corroborada, hace algo distinto y a mi juicio más importante, que es descubrir todo un territorio, que siendo importante y universal sorprendentemente permanece en gran escala todavía hoy inexplorado.” O según Juan Navarro Baldeweg: “Sorprendentemente es una tesis que cuando uno la lee descubre lo poco que sabemos de lo que es vivir en la arquitectura.”

Por último destacaron la prosa amena con la que estaba escrita y agradecieron lo que esto facilitaba su lectura, dijo Gomá: “La calidad del estilo literario de este libro es a mi juicio elevadísima, una prosa poética y filosófica de exquisita belleza y a la vez técnicamente precisa.” Otras muchas apreciaciones se hicieron, por cierto no tan laudatorias para el autor, pero debido a lo escueto de estas líneas nos vemos afortunadamente obligados a soslayar.

Las intervenciones de los miembros del tribunal se extendieron más de dos horas, lo que, para alivio del doctorando, redujo considerablemente el tiempo de su replica. En ella se limitó a dar las gracias por las exposiciones del tribunal, asumió sus carencias y se comprometió a cumplir las indicaciones que le hicieron en futuras investigaciones. Así pues, poco antes de las tres el tribunal en doble sesión a puerta cerrada decidió otorgar al doctorando un Sobresaliente con mención Cum laude, por el trabajo desarrollado. Una vez todo terminó, los miembros del tribunal, el autor de la tesis y la casi co-autora de la tesis y consorte del ya doctor, pudieron disfrutar de una estupenda comida un antiguo palacio del villano Godoy.

Resumen:

La construcción arquitectónica no es una obra acabada, es tan solo un mecanismo durmiente a la espera de ser activado por el hombre, el objeto artístico genuinamente arquitectónico es la experiencia que de ella tiene el habitante. Al igual que un instrumento musical necesita ser interpretado para cumplir su cometido, la arquitectura necesita ser vivida para hacerse comprensible.

Para examinar cómo el comportamiento de los ocupantes evoluciona conjuntamente con la forma de la casa se ha introducido el tiempo – en interacción con el espacio – como elemento necesario de esa experiencia. El estudio se ha centrado en doce casas, paradigmáticas de la modernidad, que comprenden periodos temporales en los que se generó una manera de vivir particular, ordenándolas dentro de un proceso de perfeccionamiento del habitar en tres estadios. Se ha comenzado por la identificación del habitante con la casa, estadio al que hemos llamado de pertenencia. El segundo de ellos, el de la permanencia, se produce cuando la casa se empieza a gozar. Finalmente se analiza lo que sucede cuando la vivienda se abre a los demás, último escalón de este progreso, que se identifica con la hospitalidad.
Para terminar, se ha encontrado que el discurso narrativo es el género más adecuado para estudiar, describir y pronosticar estos fenómenos, por ello se han utilizado muchos de sus recursos en la exposición de los casos y también para encontrar las repercusiones que la condición doméstica puede tener en el etos del habitante.

Extracto de la tesis:

“En la vivienda veo a mis semejantes actuar, vivir como yo vivo, aprendo de ellos y ellos aprenden de mí; toda una serie de acuerdos implícitos permiten que los habitantes disfruten de una estabilidad que fija un modo de acción. La vivienda nos acoge y, a la vez, nos permite ser acogedores. Utilizamos el término hospitalidad en un sentido amplio: esta no se ejerce únicamente con el extranjero, con el que viene de fuera, sino también con el próximo a través de la participación. Lejano y próximo forman parte de una continuidad de convivencia. El cuestionamiento de mi espontaneidad – como afirma Levinas – se da por la presencia del semejante pero también por la llegada del extraño, compartir y acoger son, por tanto, las dos modalidades de esta hospitalidad.”

Representación de la domesticidad: “El jardin del paraíso” S. XV. Maestro de Frankfurt