27 de junio.
Domingo XIII del Tiempo Ordinario

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PRIMERA LECTURA.

Lectura del primer libro de los Reyes 19, 16b. 19-21

En aquellos días, el Señor dijo a Elías: «Unge profeta sucesor tuyo a Eliseo, hijo de Safat, de Prado Bailén.»

Elías se marchó y encontró a Eliseo, hijo de Safat, arando con doce yuntas en fila, él con la última. Elías pasó a su lado y le echó encima el manto. Entonces Eliseo, dejando los bueyes, corrió tras Elías y le pidió: «Déjame decir adiós a mis padres; luego vuelvo y te sigo.»

Elías le dijo: «Ve y vuelve; ¿quién te lo impide?»

Eliseo dio la vuelta, cogió la yunta de bueyes y los ofreció en sacrificio; hizo fuego con aperos, asó la carne y ofreció de comer a su gente; luego se levantó, marchó tras Elías y se puso a su servicio.

SALMO RESPONSORIAL. Salmo 15.

Antífona: El Señor es mi lote y mi heredad. 

Protégeme, Dios mío, que me refugio en ti;
yo digo al Señor: «Tú eres mi bien.»
El Señor es el lote de mi heredad y mi copa;
mi suerte está en tu mano.

Bendeciré al Señor, que me aconseja,
hasta de noche me instruye internamente.
Tengo siempre presente al Señor,
con él a mi derecha no vacilaré.

Por eso se me alegra el corazón,
se gozan mis entrañas, y mi carne descansa serena.
Porque no me entregarás a la muerte,
ni dejarás a tu fiel conocer la corrupción.

Me enseñarás el sendero de la vida,
me saciarás de gozo en tu presencia,
de alegría perpetua a tu derecha.

SEGUNDA LECTURA. 

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Gálatas 5, 1. 13-18

Hermanos: 

Para vivir en libertad, Cristo nos ha liberado. Por tanto, manteneos firmes, y no os sometáis de nuevo al yugo de la esclavitud. 

Hermanos, vuestra vocación es la libertad: no una libertad para que se aproveche la carne; al contrario, sed esclavos unos de otros por amor.  Porque toda la Ley se concentra en esta frase: «Amarás al prójimo como a ti mismo.» 

Pero, atención: que si os mordéis y devoráis unos a otros, terminaréis por destruiros mutuamente.  Yo os lo digo: andad según el Espíritu y no realicéis los deseos de la carne; pues la carne desea contra el espíritu y el espíritu contra la carne. Hay entre ellos un antagonismo tal que no hacéis lo que quisierais.  En cambio, si os guía el Espíritu, no estáis bajo el dominio de la Ley.

EVANGELIO.

Lectura del santo evangelio según san Lucas 9, 51-62

Cuando se iba cumpliendo el tiempo de ser llevado al cielo, Jesús tomó la decisión de ir a Jerusalén. Y envió mensajeros por delante.  De camino, entraron en una aldea de Samaria para prepararle alojamiento. Pero no lo recibieron, porque se dirigía a Jerusalén. 

Al ver esto, Santiago y Juan, discípulos suyos, le preguntaron: «Señor, ¿quieres que mandemos bajar fuego del cielo que acabe con ellos?» 

Él se volvió y les regañó. Y se marcharon a otra aldea.  Mientras iban de camino, le dijo uno: «Te seguiré adonde vayas.» 

Jesús le respondió: «Las zorras tienen madriguera, y los pájaros nido, pero el Hijo del hombre no tiene donde reclinar la cabeza.» 

A otro le dijo: «Sígueme.» 

Él respondió: «Déjame primero ir a enterrar a mi padre.» 

Le contestó: «Deja que los muertos entierren a sus muertos; tú vete a anunciar el reino de Dios.» 

Otro le dijo: «Te seguiré, Señor. Pero déjame primero despedirme de mi familia.» 

Jesús le contestó: «El que echa mano al arado y sigue mirando atrás no vale para el reino de Dios.»

Comentario a la Palabra:

QUIERES QUE DIGAMOS QUE LES CAIGA UN RAYO Y LOS ANIQUILE?

Muchas personas hablan estos días de "hacer el camino de Santiago", sea porque lo piensan recorrer o porque ya lo anduvieron en este año santo. Hay quienes peregrinan hasta Caravaca de la Cruz, que también celebra su año santo y hasta recibió la visita del mismísimo Iker Casillas (¡ !). En torno a Pentecostés escuchábamos hablar de quienes a pie, a caballo o en carreta gozaban de "el camino" para llegar al Rocío; sevillana viene, sevillana va.  Lo dejaremos ahí, que hay mucha cosa en torno a estos y otros  "caminos".

Lo cierto es que el camino, desde los inicios del cristianismo, es una metáfora del itinerario creyente para quienes quieren seguir a Jesús. Camino como sinónimo de entrega, esfuerzo resistente, búsqueda anhelante. Oportunidad para encuentros, sea con uno mismo, con otros o con el Otro que viene disfrazado de desconocido.

El camino es el lugar de los asaltos y las oportunidades para servir. Que se lo digan si no "al buen samaritano" y al clero que pasó de largo. Lugar para las humillaciones a causa de las pobrezas, no solo porque las plantas de tus pies no resistan más, sino porque habrá quien te adelante en su coche regalándote su risita burlona. Y te haces consciente que hay otras vidas que pasan como centellas casuales por tu camino.

Hay también quienes sin ser año santo, sin tener ningún interés por ganar jubileo alguno, sin las mismas referencias culturales que nosotros, aunque en muchos casos también creyentes, se ponen en camino desierto alante, mar adentro, sin papeles ni trabajo, sin conocer el camino, empujados por el hambre y guiados por el anhelo de su corazón, por las ganas de vivir. Estos se lo juegan todo a la suerte del camino. ¿Quién será su estrella?

Dice el evangelio de hoy que cuando iba llegando el tiempo de que a Jesús "se lo llevaran a lo alto"... "él resolvió ponerse en camino para encararse con Jerusalén". Así san Lucas nos recuerda que también Jesús decidió, optó por un camino. No cualquier camino, sino el que lo conducía "a lo alto" vía "encararse con Jerusalén".

Creo que procede decir que una cosa es hacer el camino durante unos días o unos meses, como quien encuentra una metáfora para expresar algo de lo hondo que busca; y otra, intentar vivir el evangelio cada día como quien busca avanzar sin conocer el camino, sin más guía que  la bondad de corazón y la Palabra que es Jesús.

De algo así nos habla el evangelio de este domingo. De abrir el camino para otros y para uno mismo, desde el Espíritu de Jesús.  Nos dice también que no es suficiente con caminar junto a Jesús, ni siquiera recibir el llamado de una de sus encomiendas. Erramos cuando nos auto justificamos pensando que éste es un evangelio para quienes se plantean la vocación sacerdotal o religiosa, porque aquí se habla a todos. Jesús y su camino; pero también el de quienes hemos optado por seguirle trabajando y trabajándonos  al acoger su Espíritu.

Vemos igualmente este domingo que los amigos de Jesús, algunas veces, no sabemos resolver porque desconocemos el Espíritu al que pertenecemos.

Lo cierto es que tanto en tiempos de Jesús como hoy, hay quien ante el conflicto Samaría-Jerusalén se atreven a preguntar-desear: ¿Quieres que digamos que les caiga un rayo y los aniquile? Bueno, eso hoy se dice y hace con más sutileza.  Sí,  hay amigos de Jesús que algunas veces dan miedo.

En la prensa de esta semana pasada algunos columnistas se escandalizaban, con razón, de que ni después de muerto ciertos estamentos eclesiales hubieran sido capaces de rezar por José Saramago... porque era ateo, comunista, anticatólico, unilateral, parcial y populista ... han dicho... como si nuestros pecados no estuvieran también expuestos a la luz pública y fuesen conocidos por todos, también por los ateos que son el resultado de ese unilateralismo.

Una vez más acudimos a la razón para excluir el corazón, hemos dejado en la cuneta al Espíritu de Jesús porque ... "tengo que ir primero a ... ".  Tantos, tan variados, tan heridos. ¡Demasiados en la cuneta!  ...  Yo soy la Iglesia que hace eso, no encarándome conmigo mismo cuando sé que el camino de Jesús espera otras actitudes, sabiendo que Jesús reprende.

Jesús resuelve con una frase que los entendidos aseguran que es de él mismo: "Deja que los muertos entierren a sus muertos".  ¿Señor, quiénes son estos muertos?.

Así habla Jesús a quienes no se abren al Espíritu que Él trae aunque van con Él. A quienes no terminan de darse cuenta que tras lo que hacen no hay más que humo y muerte, ausencia de compasión y misericordia porque aún creen que las cosas se arreglan castigando.

Van por delante de Jesús o caminan con Él portando un encargo misionero; pero no llevan su Espíritu. De ahí que transmitan miedo, sean consagrados o laicos que también son consagrados. Unos u otros te recuerdan con su amenaza que tienen poder para fulminarte con el rayo de la exclusión o la maledicencia que están dispuestos a propagar. 

Viven entre las sombras del pasado, en el tiempo anterior a Jesús, mirando y tirando para atrás pese a tener las manos en el arado del hoy.

Los creyentes sabemos que sólo hay vida en el camino que Jesús marca,  en el que experimentamos nuestras propias contradicciones y las de quienes están en nuestro entorno. Aquellos que no quieren resolver ante el conflicto que surge cuando optas por cruzar Samaría para ir a Jerusalén. Es decir, te niegas a excluir. Y ellos prefieren que el despacho esté fuera de uso a que lo pongan al servicio del bien común quienes no se someten a los servilismos de cierto poder.

¡¡¡ Ah, los muertos de los muertos !!!  ¿Señor, quienes son los muertos a los que no hay que atender?

Jesús siente un gran respeto por los familiares de sus amigos, visitó la casa de varios de ellos. Como los hombres de su tiempo, profesaba un gran respeto al cuerpo de los difuntos. Sus amigos perfumaron y cuidaron el suyo. Algunos se arriesgaron para ponerlo en una tumba tras su muerte. 

Los muertos a los que se refiere Jesús son otros, y están vivitos y coleando. Son los que siguen diciendo, cargados de aparente fidelidad carismática: "¿Quieres que digamos que les caiga un rayo y los aniquile?". Son los mismos que dicen en Hamlet:  "Algo huele a podrido . . . ".

Me impresiona de Jesús que, justo ahí y entre esa gente, conociendo a tantos que se entretienen y justifican con la muerte, diga en ese contexto: ¡SIGUEME!

Jesús sigue llamando a no pactar con tanto muerto, a optar por hacer el camino asumiendo que habrá que encararse con quienes siguen empeñados en arreglar las cosas con rayos aniquiladores. Jesús sueña y se entrega por un mundo más fraterno que mira a las mejores capacidades que Dios ha puesto en el ser humano.

Recién llegados de Haití el arquitecto José Ibáñez y la responsable de proyectos AyC Patricia Giraldo, nos hablan de este "tufo a muerto, a corrupción" que emiten algunas estructuras en aquel país. Pero también, de cómo un pequeño grupo de jóvenes está comprometido y trabaja por un Haití nuevo y se arriesgan para conseguirlo.

En la Asamblea General de AyC este fin de semana en Granada, también constatábamos que es muy alentador el sano olor  que nos  llega de tantas personas capaces de compartir sus dones y sus bienes.

Con unos y otros, en este mundo bien concreto, acogemos la llamada que Jesús nos hace a seguirlo en contextos nada confortables y con actitudes nada conformistas. Ni rayos, ni huidas: Espíritu del Resucitado.  Ni muertos, ni vivales: hacia lo alto, encarándose con Jerusalén, para que venga su Reino.